Ya está. Ya hemos soltado amarras y dejado Vigo atrás. Nos dirigimos a la playa de Barra, en la ría de Vigo, para despedirnos de sus aguas y hacer un último chequeo con tranquilidad.
Hubo alguna que otra lágrima en el pantalán y, en definitiva, un derroche de amor. Amor que nos llevamos y viajará con nosotros.
Mi sensación ahora mismo, escribiendo estas líneas al fresquito en mi camarote, es de paz y total felicidad, una vez dejado atrás el stress de tanto preparativo. Estoy deseando fondear y zambullirme en Barra.
Gracias a todostodas por seguirnos.
Besos, abrazos, amor