No creáis, amigos, que me he olvidado del blog. Simplemente que, tras recoger a nuestros invitados José Luis y M Eugenia del Hobbit IV (los conocimos en Trapani, Sicilia, recordáis?), recorrer con ellos Chichimé y Cayo Holandés, para ir en demanda de CArtagena de Indias, la llamada, no sin razón, " Perla del Caribe", Julia y yo volvimos a España durante casi un mes, para ver a la familia, los amigos y hacer algún que otro trámite. De hecho, fueron unos días agotadores...gracias a todos los que compartisteis un ratito con nosotras!
Mientras, Quique Lastra se enrolaba en el Alba Plena, para participar junto a Julio en el Rally Colombia Soberana. Aquí os dejo el link del blog de Quique durante esos días, sirva pues de diario de navegación:
www.travelpod.com/travel-blog/larutadeldragon/3/tpod.html
Si no funciona el link, podéis cortar y pegar en vuestro navegador la dirección.
Volvimos a reunirnos en Cartagena de Indias el día 4 de junio, una vez Julia y yo regresamos y Julio y Quique finalizaron el rally.
Cartagena es una bellísima ciudad, con su casco antiguo amurallado, que encierra auténticas joyas de la arquitectura colonial. Color, flores, bellos balcones y la simpatía y amabilidad colombiana. Estamos atracados en el Club de Pesca, en La Manga, a cinco minutos andando de la ciudad antigua y en uno de los barrios "modernos" de la ciudad. Incluso tenemos un paseo marítimo con carril bici, por el que patinamos cada día pegaditas a la bella (y contaminadísima) bahía de Cartagena.
Pasear por la ciudad vieja es un auténtico lujo, ya sea a pie, en bici o en coche de caballos.
La mayoría de las edificaciones fueron casas o palacios, en su mayoría de planta romana, con preciosos patios interiores que, en el caso de los hotelitos que encierran, han convertido en piscinas. Hay balcones hermosísimos, plagados de flores como buganvillas o petunias. Con este clima, florece todo!
La oferta hostelera es muy buena, hay locales maravillosos y con una oferta gastronómica variadísima.
En resumen, exceptuando las aguas sucias de la bahía (aunque siempre están las playas de Bocagrande, que dan al exterior), Cartagena lo tiene todo.
Tenemos la oportunidad de conocer, a través de una querida amiga de Vigo, a Erick y a Antonio, con los que compartimos Julia y yo deliciosos momentos (y los que nos quedan, chicos!)
Esta noche tememos programada cena con algunos de los participantes del Rally, y mañana llegan de nuevo invitados, dos grandes amigos con los que estoy segura lo pasaremos de fábula.
Os dejo por hoy, con la firme promesa de volver al ritmo de publicación que se vio interrumpido por nuestro viaje a España.
Desde la bella Cartagena, besos, abrazos, amor.
Mientras, Quique Lastra se enrolaba en el Alba Plena, para participar junto a Julio en el Rally Colombia Soberana. Aquí os dejo el link del blog de Quique durante esos días, sirva pues de diario de navegación:
www.travelpod.com/travel-blog/larutadeldragon/3/tpod.html
Si no funciona el link, podéis cortar y pegar en vuestro navegador la dirección.
Volvimos a reunirnos en Cartagena de Indias el día 4 de junio, una vez Julia y yo regresamos y Julio y Quique finalizaron el rally.
Cartagena es una bellísima ciudad, con su casco antiguo amurallado, que encierra auténticas joyas de la arquitectura colonial. Color, flores, bellos balcones y la simpatía y amabilidad colombiana. Estamos atracados en el Club de Pesca, en La Manga, a cinco minutos andando de la ciudad antigua y en uno de los barrios "modernos" de la ciudad. Incluso tenemos un paseo marítimo con carril bici, por el que patinamos cada día pegaditas a la bella (y contaminadísima) bahía de Cartagena.
Pasear por la ciudad vieja es un auténtico lujo, ya sea a pie, en bici o en coche de caballos.
La mayoría de las edificaciones fueron casas o palacios, en su mayoría de planta romana, con preciosos patios interiores que, en el caso de los hotelitos que encierran, han convertido en piscinas. Hay balcones hermosísimos, plagados de flores como buganvillas o petunias. Con este clima, florece todo!
La oferta hostelera es muy buena, hay locales maravillosos y con una oferta gastronómica variadísima.
En resumen, exceptuando las aguas sucias de la bahía (aunque siempre están las playas de Bocagrande, que dan al exterior), Cartagena lo tiene todo.
Tenemos la oportunidad de conocer, a través de una querida amiga de Vigo, a Erick y a Antonio, con los que compartimos Julia y yo deliciosos momentos (y los que nos quedan, chicos!)
Esta noche tememos programada cena con algunos de los participantes del Rally, y mañana llegan de nuevo invitados, dos grandes amigos con los que estoy segura lo pasaremos de fábula.
Os dejo por hoy, con la firme promesa de volver al ritmo de publicación que se vio interrumpido por nuestro viaje a España.
Desde la bella Cartagena, besos, abrazos, amor.