La estancia en Le Marin, un auténtico “meeting point” para los veleristas, la ocupamos principalmente pertrechando, dado que la oferta es muy extensa (Martinica es un departamento de Francia, y Francia el país de la vela) , y porque de aquí hacia el sur, no encontraremos tanta variedad de productos y el precio subirá sensiblemente. Además, en Le Marin está una de las tres bases del astillero de nuestro barco, Amel, y debemos hacer algunas reparaciones. Hasta aquí llevamos navegadas aproximadamente 13.000 millas y, dado que el barco se ha portado tan bien con nosotros, ahora es nuesro turno de cuidarlo a él. Nos registramos a la entrada, aquí el trámite es muy sencillo, pues disponen de unos ordenadores en Capitanía con los que una misma puede hacerlos en cinco minutos.
Localizamos un coche de alquiler, para poder movernos y transportar víveres y, si sobra tiempo, hacer alguna visita por el interior.
Nuestra estancia en Le Marin será de cinco días. En ellos, por la parte de Amel, reparamos el motor del pujamen de la vela mayor, que perdía aceite y hacia un ruido excesivo; el freno del eje de transmisión del motor principal; una pequeña entrada de agua por el eje de la hélice de proa, con lo que hubo que cambiar los retenes; sustuímos la luz de cubierta, que se había fundido. También conseguimos una antena para el Inmarsat, la nuestra no funcionaba y, dado que este sistema será dado de baja en diciembre de 2016, fecha en la que han anunciado desconectarán los satélites para dejar paso a los nuevos sistemas, ya no se fabrican recambios. Afortunadamente, conseguimos una de segunda mano a un precio muy razonable. Dio bastante lata la instalación, de la que se encargó Julio, pero tema resuelto. Ya tenemos comunicación global y, lo más importante, podemos obtener partes meteorológicos desde cualquier lugar.
Tuvimos tiempo de visitar La Pagerie, lugar donde nació y vivió hasta los 16 años Josefina de Beauharnais, la que luego sería Emperatriz de Francia al lado de Napoleón Bonaparte, y también de hacer un mini-recorrido por el interior de la isla. No queda mucho en pie, pero la parte dedicada a museo contiene diversos grabados, interesantes documentos y objetos de uso personal de Josefina. Y el lugar donde está es de una gran belleza.
Así las cosas, el viernes 19 de febrero pagamos la marina (unos 37 euros/día, mucho más barata que cualquier marina de nuestra tierra....tomen nota los responsables....especialmente con la cantidad de servicios que ofrecen y las magníficas instalaciones). A las 17 salimos para fondear en la misma bahía (que es enorme y muy bien protegida), ya tenemos ganas de dormir fondeados, estar en puerto es a veces necesario pero no hay comparación con estar a tu aire, los baños, la brisa etc
El sábado nos movemos a Anse D'Arlets, a mitad de camino de Fort-de-France, la capital. Espectacular sesión de buceo, miles de peces de todos los colores, corales de varios tipos, esponjas....un verdadero “acuario”! Al día siguiente, nos movemos a otra ensenada, L'Anne.
El lunes esperamos a nuestros invitados, que llegarán al aeropuerto de Fort-de-France, hay que guardar el secreto porque para Julia será una sorpresa....Así que por la tarde bajamos a dar un paseo y hacer tiempo hasta su llegada. La zona más antigua es pequeña, aún así, con muchas muestras de arquitectura colonial francesa, destacando la preciosísima Biblioteca Pública. A la hora esperada, nuestros invitados aparecen, por sorpresa para Julia, en el Hotel L'Emperatrice. La cara de Julia no tiene precio!!!!! Abrazos-achuchones, besos, risas y sonrisas y la inmensa felicidad de reencontrar a dos personas a las que queremos tanto. Además, para mayor felicidad, nos traen conservas y embutidos de nuestra tierra. Así da gusto!! Volvemos al barco para cenar y brindar por el reencuentro.
Decidimos ir hacia el norte, hasta donde lleguen los días en su compañía. El martes fondeamos en St Pierre, un fondeo precioso. Bajamos a cenar al pueblo, encontramos un restaurante Alsaciano, cenamos decentemente, pero las risas de encontrarnos en un rincón de la Alsacia en estas latitudes, y cenar chucrut y codillo, amén de salchichas alsacianas, no tiene precio.
El miércoles, después de cuatro horas de buena navegación, llegamos a Dominica (rebautizada como La Dominga ;)), fue francesa e inglesa y ahora es independiente. Hacemos dos paradas en sendos fondeos, uno al sur de Rousseau, la capital, y otro en Prince Rupert Bay.
El viernes llegamos al archipiélago de Les Saintes, al sur de La Guadalupe. Fondeamos primero en Anse Acointe, pasamos allí el día y Julio captura una morena. A Julia y a mí nos encanta acompañarlo y ver cómo pesca y cómo disfruta, es como un pez bajo el agua. De hecho, esa morena la localizó la propia Julia. Trabajo en equipo! A última hora nos trasladamos a la bahía del precioso pueblo de La Saladerib, cena en tierra y paseo. Un pueblo pequeño y lleno de encanto.
Al día siguiente, decidimos movernos a un fondeo con menos barcos, así que elegimos la bahía de Marigot, estamos prácticamente solos. Por la tarde, Julio y Julia salen a bucear y localizan, en una escollera, varias langostas. Vuelven al barco a pertrecharse para la tarea y yo me apunto. Julio captura nueve, para sorpresa de nuestros invitados cuando volvemos los tres triunfantes al barco. Será la última cena a bordo con ellos, así que broche de oro.
Después de cenar, levantamos fondeo para recorrer de noche las cien millas (aprox) que nos separan de Le Marin, donde despediremos a nuestros invitados. Queridísimos, ha sido una semana fantástica, llena de momentos felices, buenas conversaciones y momentos mágicos. Muchísimas gracias por acompañarnos, ha sido un auténtico placer teneros a bordo.
Y toca otra despedida, Hannah debe volver a casa, debido a problemas de salud de un familiar muy cercano. Muchas gracias, Hannah, por estos ocho meses que hemos compartido a tu lado, te deseamos todo lo mejor y que todo salga bien. Un beso enorme desde aquí!
Así que el martes 3 de marzo despachamos el barco para St Vincent y Granadinas, despedimos a Hannah y levamos ancla rumbo a nuestro próximo destino.
Navegamos rumbo al sur, llegamos por la tarde a Marigot Bay en Sta Lucía, una bahía preciosa, cenamos en tierra una riquísima pizza, la mejor desde Italia. El miércoles nos movemos hasta los dos pitones, dos montañas enormes que “caen” en el mar. Fondeamos al lado del pitón norte.
Y al día siguiente, navegamos hacia St Vincent. Navegar este mar es una delicia, siempre hay un viento constante, entre 15 y 20 nudos, del oeste. Rumbo sur, además, es más cómodo, puesto que la ola de fondo del NW nos ayuda.
El primer fondeo es en Chateaubelair Bay, comemos, descansamos y vamos a bucear. Esta vez me atrevo a bajar con el arpón, consigo cobrar tres piezas, dos de ellas con sendos certeros arponazos en la cabeza. Nada mal para ser la primera vez, y me siento muy orgullosa. El observar a Julio pescar ha sido la mejor escuela, y ya tengo ganas de pescar más!!! Aquí el fondo es aún mejor, el agua aún más cristalina y hay también más variedad de especies, vemos muchos peces león y hay un precioso cantil que va desde los 5/6 metros hasta más de 40.
Al dia siguiente, toca ir a la capital, Kingstown, a hacer los tr'amites de entrada en Saint Vincent y Granadinas, una vez hechos, nos movemos a Bequia, otra isla al sur. Bajamos a tierra, el ambiente es muy alegre, y muy colorido. Por la mañana, nos vamos a Friendship Bay, cerca hay una barrera de coral recomendada para bucear. Así que allá vamos los tres. Y de nuevo, pruebo con el arpón. Esta vez, dos langostas y un pescado de medio kilo, este último localizado por Julia. Julio se hace con cinco langostas más. Así que ha sido una mañana muy productiva. El menú del día ya os lo podéis imaginar...
El domingo nos dirigimos a Mustique, la isla más exclusiva del país, donde tienen mansión muchas celebrities, Mike Jagger o Rachel Welch, y el desaparecido Bowie. La isla no es muy grande y no parece que haya mucho más aparte de impresionantes mansiones. Además, está prohibido el fondeo, solo está permitida un área para amarrar a boya. Dado que el precio son 200 dólares caribeños, unos 70 euros, decidimos pasar de largo.
Así que aquí estamos, en Canouan, la isla previa a los míticos Tobago Cays. Y, desde aquí, como de costumbre, os enviamos besos, abrazos, amor.
Localizamos un coche de alquiler, para poder movernos y transportar víveres y, si sobra tiempo, hacer alguna visita por el interior.
Nuestra estancia en Le Marin será de cinco días. En ellos, por la parte de Amel, reparamos el motor del pujamen de la vela mayor, que perdía aceite y hacia un ruido excesivo; el freno del eje de transmisión del motor principal; una pequeña entrada de agua por el eje de la hélice de proa, con lo que hubo que cambiar los retenes; sustuímos la luz de cubierta, que se había fundido. También conseguimos una antena para el Inmarsat, la nuestra no funcionaba y, dado que este sistema será dado de baja en diciembre de 2016, fecha en la que han anunciado desconectarán los satélites para dejar paso a los nuevos sistemas, ya no se fabrican recambios. Afortunadamente, conseguimos una de segunda mano a un precio muy razonable. Dio bastante lata la instalación, de la que se encargó Julio, pero tema resuelto. Ya tenemos comunicación global y, lo más importante, podemos obtener partes meteorológicos desde cualquier lugar.
Tuvimos tiempo de visitar La Pagerie, lugar donde nació y vivió hasta los 16 años Josefina de Beauharnais, la que luego sería Emperatriz de Francia al lado de Napoleón Bonaparte, y también de hacer un mini-recorrido por el interior de la isla. No queda mucho en pie, pero la parte dedicada a museo contiene diversos grabados, interesantes documentos y objetos de uso personal de Josefina. Y el lugar donde está es de una gran belleza.
Así las cosas, el viernes 19 de febrero pagamos la marina (unos 37 euros/día, mucho más barata que cualquier marina de nuestra tierra....tomen nota los responsables....especialmente con la cantidad de servicios que ofrecen y las magníficas instalaciones). A las 17 salimos para fondear en la misma bahía (que es enorme y muy bien protegida), ya tenemos ganas de dormir fondeados, estar en puerto es a veces necesario pero no hay comparación con estar a tu aire, los baños, la brisa etc
El sábado nos movemos a Anse D'Arlets, a mitad de camino de Fort-de-France, la capital. Espectacular sesión de buceo, miles de peces de todos los colores, corales de varios tipos, esponjas....un verdadero “acuario”! Al día siguiente, nos movemos a otra ensenada, L'Anne.
El lunes esperamos a nuestros invitados, que llegarán al aeropuerto de Fort-de-France, hay que guardar el secreto porque para Julia será una sorpresa....Así que por la tarde bajamos a dar un paseo y hacer tiempo hasta su llegada. La zona más antigua es pequeña, aún así, con muchas muestras de arquitectura colonial francesa, destacando la preciosísima Biblioteca Pública. A la hora esperada, nuestros invitados aparecen, por sorpresa para Julia, en el Hotel L'Emperatrice. La cara de Julia no tiene precio!!!!! Abrazos-achuchones, besos, risas y sonrisas y la inmensa felicidad de reencontrar a dos personas a las que queremos tanto. Además, para mayor felicidad, nos traen conservas y embutidos de nuestra tierra. Así da gusto!! Volvemos al barco para cenar y brindar por el reencuentro.
Decidimos ir hacia el norte, hasta donde lleguen los días en su compañía. El martes fondeamos en St Pierre, un fondeo precioso. Bajamos a cenar al pueblo, encontramos un restaurante Alsaciano, cenamos decentemente, pero las risas de encontrarnos en un rincón de la Alsacia en estas latitudes, y cenar chucrut y codillo, amén de salchichas alsacianas, no tiene precio.
El miércoles, después de cuatro horas de buena navegación, llegamos a Dominica (rebautizada como La Dominga ;)), fue francesa e inglesa y ahora es independiente. Hacemos dos paradas en sendos fondeos, uno al sur de Rousseau, la capital, y otro en Prince Rupert Bay.
El viernes llegamos al archipiélago de Les Saintes, al sur de La Guadalupe. Fondeamos primero en Anse Acointe, pasamos allí el día y Julio captura una morena. A Julia y a mí nos encanta acompañarlo y ver cómo pesca y cómo disfruta, es como un pez bajo el agua. De hecho, esa morena la localizó la propia Julia. Trabajo en equipo! A última hora nos trasladamos a la bahía del precioso pueblo de La Saladerib, cena en tierra y paseo. Un pueblo pequeño y lleno de encanto.
Al día siguiente, decidimos movernos a un fondeo con menos barcos, así que elegimos la bahía de Marigot, estamos prácticamente solos. Por la tarde, Julio y Julia salen a bucear y localizan, en una escollera, varias langostas. Vuelven al barco a pertrecharse para la tarea y yo me apunto. Julio captura nueve, para sorpresa de nuestros invitados cuando volvemos los tres triunfantes al barco. Será la última cena a bordo con ellos, así que broche de oro.
Después de cenar, levantamos fondeo para recorrer de noche las cien millas (aprox) que nos separan de Le Marin, donde despediremos a nuestros invitados. Queridísimos, ha sido una semana fantástica, llena de momentos felices, buenas conversaciones y momentos mágicos. Muchísimas gracias por acompañarnos, ha sido un auténtico placer teneros a bordo.
Y toca otra despedida, Hannah debe volver a casa, debido a problemas de salud de un familiar muy cercano. Muchas gracias, Hannah, por estos ocho meses que hemos compartido a tu lado, te deseamos todo lo mejor y que todo salga bien. Un beso enorme desde aquí!
Así que el martes 3 de marzo despachamos el barco para St Vincent y Granadinas, despedimos a Hannah y levamos ancla rumbo a nuestro próximo destino.
Navegamos rumbo al sur, llegamos por la tarde a Marigot Bay en Sta Lucía, una bahía preciosa, cenamos en tierra una riquísima pizza, la mejor desde Italia. El miércoles nos movemos hasta los dos pitones, dos montañas enormes que “caen” en el mar. Fondeamos al lado del pitón norte.
Y al día siguiente, navegamos hacia St Vincent. Navegar este mar es una delicia, siempre hay un viento constante, entre 15 y 20 nudos, del oeste. Rumbo sur, además, es más cómodo, puesto que la ola de fondo del NW nos ayuda.
El primer fondeo es en Chateaubelair Bay, comemos, descansamos y vamos a bucear. Esta vez me atrevo a bajar con el arpón, consigo cobrar tres piezas, dos de ellas con sendos certeros arponazos en la cabeza. Nada mal para ser la primera vez, y me siento muy orgullosa. El observar a Julio pescar ha sido la mejor escuela, y ya tengo ganas de pescar más!!! Aquí el fondo es aún mejor, el agua aún más cristalina y hay también más variedad de especies, vemos muchos peces león y hay un precioso cantil que va desde los 5/6 metros hasta más de 40.
Al dia siguiente, toca ir a la capital, Kingstown, a hacer los tr'amites de entrada en Saint Vincent y Granadinas, una vez hechos, nos movemos a Bequia, otra isla al sur. Bajamos a tierra, el ambiente es muy alegre, y muy colorido. Por la mañana, nos vamos a Friendship Bay, cerca hay una barrera de coral recomendada para bucear. Así que allá vamos los tres. Y de nuevo, pruebo con el arpón. Esta vez, dos langostas y un pescado de medio kilo, este último localizado por Julia. Julio se hace con cinco langostas más. Así que ha sido una mañana muy productiva. El menú del día ya os lo podéis imaginar...
El domingo nos dirigimos a Mustique, la isla más exclusiva del país, donde tienen mansión muchas celebrities, Mike Jagger o Rachel Welch, y el desaparecido Bowie. La isla no es muy grande y no parece que haya mucho más aparte de impresionantes mansiones. Además, está prohibido el fondeo, solo está permitida un área para amarrar a boya. Dado que el precio son 200 dólares caribeños, unos 70 euros, decidimos pasar de largo.
Así que aquí estamos, en Canouan, la isla previa a los míticos Tobago Cays. Y, desde aquí, como de costumbre, os enviamos besos, abrazos, amor.