El lunes se nubló, y aumentó la mar. El martes al ocaso doblamos el cabo San Vicente, es un cabo espectacular, a partir de ahí cambia la mar, la ola se aproxima a lo que será el Mediterráneo, una ola más corta, menos tendida que en el Atlántico.
Al amanecer fondeamos en la isla de La Culatra, en el Algarve, cerca de Faro. Un lugar increíble, por su belleza y encanto, muy lejos de las urbes turísticas que pueblan el Algarve.
Nos dimos interminables baños, el agua está a aproximadamente 22 grados. A Julia y a Hannah (por guapas y simpáticas;) les regalaron una bolsa de croques (berberechos) de los que dimos buena cuenta en una fideuá en la comida del día siguiente.
En resumen, la isla de La Culatra es el lugar perfecto para descansar y reponerse después de "bajar" la costa portuguesa, que nos llevó exactamente 72 horas recorrer, desde Vigo hasta la Culatra. En este recorrido nos acompañaron muchos delfines, y.....dos ballenas!!! increíble el sonido cuando expulsan el agua por el espiráculo, en directo.....
En cuanto a la navegación nocturna, hemos organizado tres turnos de guardia de tres horas cada uno, que vamos rotando cada día.
Como siempre la electrónica dando pequeños disgustos, a veces el TimeZero perdía nuestra señal, pude solventarlo en la parada de la Culatra, a costa de sacrificar el puerto Inmarsat, con lo que, hasta que pongamos de nuevo a punto los puertos serie, no dispondremos de teléfono satelital ni de correo Skyfile. También detectamos fallos en el sistema AIS, a consecuencia de los cambios de puerto. Esperamos quede definitvamente solventado el lunes próximo.
El jueves por la tarde, con la marea subiendo, levantamos fondeo y, con leve brisa de poniente, salimos hacia Barbate. Tal y como decía la previsión meteo, el Levante no tardó en dejarse notar, convirtiendo esa noche y el día siguiente en el más duro de navegación hasta ahora, con rachas de más de 40 nudos y marejada. Doblar Trafalgar se convirtió así en "fazaña", pero el mar es así, como dicen nuestros queridos amigos John Walsh y Stephie, el mar lo da todo y lo quita todo. Vamos, que pasar del cielo al infierno en menos de una hora es absolutamente factible!
Las últimas cinco millas, con BArbate bien a la vista, nos llevaron más de dos horas. Finalmente, entramos y amarramos en el Club Náutico de Barbate, gestionado por la Junta de Andalucía. No atienden por radio, no cogen el teléfono, no hay marinería...es un ejemplo de lo mal gestionado de lo público. Está casi vacío, a pesar de su amplitud y comodidad. Pero cuantos menos barcos, menos trabajo....y a fe que lo consiguen!
Como buenos marineros, nos dimos un homenaje en tierra. Es ésta zona de almadrabas y atún rojo. Siguiendo una acertada recomendación, nos fuimos a la Peña El Atún y probamos cuatro formas distintas de preparación del atún, todas exquisitas.
Y aquí seguimos , en BArbate, mucho calor y sol, en breve a la playa y pensando si ir esta noche al famoso chiringuito El Pez Limón, en Zahara de los Atunes.
Besos, abrazos, amor.