Con todo el trapo largado, recién anochecido, rotura de la driza de la entrepalos. Suerte que Hanna estaba en ese momento atenta, y una rápida intervención de la tripu salvó la vela de caer al agua.
Al día siguiente, a las 20 h, entrábamos en la bahía de Palma, al sur de Cerdeña. El Sonora Dos nos esperaba en la cala de Chía, pero preferimos entrar en Palma con las últimas luces del día que llegar a Chía de noche a fondear. Bajamos al pueblo y nos tomamos nuestra primera pizza en suelo italiano. El pueblo estaba animadísimo, dimos una vuelta e incluso bailamos en la plaza con un grupo que estaba tocando versiones de ayer, hoy y siempre (;)
Al día siguiente, repostamos gasoil y salimos con el Tulipano al encuentro del Sonora, que estaba en Pula. Debido a un problema con la hélice de proa (parece que sea la placa electrónica que no funciona bien y da falsas señales...difícil solución, y, además, funciona “cuando quiere”, trataremos de sustituir dicha placa), no pudimos subirla y con ella en el agua tuvimos que avanzar despacito para no dañarla. Ley de Murphy, poco antes de llegar al fondeo se arregló “sola”, funcionó y pudimos subirla.
Allí estaban, en Pula, el Tulipano , que fue por delante , y el Sonora Dos. Alegría general y botella de champagne magnum con la que Manuel y Mónica nos esperaban. Cenamos en tierra en un sitio absolutamente encantador, con un jardín precioso y fresco en el que seguimos degustando la cocina italiana.
En la bahía de Pula se encuentra lo que queda de la villa romana de Nora. Fue una villa notablemente grande, pudimos visitarla el lunes y resultó muy interesante, salvo por el calor abrasador. Teatro, anfiteatro, termas etc. Por cierto, que las columnas se divisan desde el lugar de fondeo, lo cual es una pasada, darse un baño y tener ahí al lado tanta historia pétrea!
A mediodía, Hannah vuelve a subir al palo, esta vez al de mesana, para reponer la driza de la entrepalos.
Por la tarde, una buena caminata de casi una hora bajo un sol implacable para ir al supermercado a reponer comida y bebidas.
Al día siguiente, el Alba Plena y el Sonora Dos levantamos fondeo, rumbo a nuestro siguiente destino, las Égades, al oeste de Sicilia. El Tulipano no nos acompaña, deben estar en Vigo a primeros de septiembre y no quieren volver con agobios, lo cual es lógico peeeero....os echaremos mucho de menos!!!!
La travesía hasta Marettino,la primera de las Égades que visitamos, nos lleva lo previsto, casi veinticuatro horas, de nuevo con viento escaso y motoveleando.
Avistamos Marettino muy cerca de la isla, están envueltas en una especie de calima que hace que no sean divisadas a la distancia acostumbrada. Nos sorprende la altitud de sus picos (seiscientos y pico metros), y la alfombra verde que recubre parte de sus escarpadas montañas. Fondeamos sobre las cinco de la tarde en la punta noroeste, a la sombra de una fortaleza que fue prisión de los Borbones.
Lo primero que hicimos al llegar fue zambulllirnos en el agua, e inmediatamente subimos a por los artilugios de buceo: el agua es increíblemente cristalina, a 30 metros de calado se ve el fondo perfectamente, así que hicimos una primera y alucinante inmersión, en la que observamos abundancia de peces , de maravillosos colores, amén de anémonas y esponjas. Todo el archipiélago de las Égades es una enorme reserva natural, con restricciones a la navegación y al fondeo. Desde luego que bien lo merece.
Al día siguiente por la mañana exploramos en dinghi y buceando parte de la isla. En Marettino hay muchas grutas enormes, en las que se puede entrar, alguna con luz cenital, que me recordó a los zenotes del Yucatán. Increíble bucear en ellas, también estuve cantando un buen rato...alucinante resonancia!!!!
Por la tarde movimos el barco para ir al único pueblo de la isla, con el nombre de la misma, un lugar encantador de casitas blancas con contras, ventanas y puertas de color azul. Gente encantadora por todas partes, y animado como todo lo que estoy conociendo del sur de Italia. Gente amabilísma, extrovertida y siempre con una sonrisa. Supongo que el clima y la belleza del entorno condicionan el carácter.
Al día siguiente, levamos ancla rumbo a Favignana, otra isla de las Égades, de nuevo aguas cristalinas y unas paredes rocosas plagadas de entradas de minas, ya abandonadas, pero que conforman un paisaje pétreo de lo más curioso.
El sábado ponemos rumbo hacia Sicilia, nuestro primer punto de fondeo es en Marinella, donde se encuentran los restos de la polis griega de Selinunte. Ya desde el mar, llegando, divisamos dos enormes templos, pues se encuentran justo detrás de la playa...alucinante, no?
Fondeamos y fuimos a tierra, justo pillamos Marinella en fiestas, bendita casualidad, alegría, color, y una pedazo de banda cubana amenizando la noche. Ma-ra-vi-lla!!!
El domingo fuimos a visitar lo que fue Selinunte, una enorme polis que albergó a , se estima, 80.000 habitantes. Data del siglo VII a.C. Tiene tres templos extramuros, los mas grandes de la cultura griega, impresionantes, de orden jónico y con una imponente presencia. Dentro de la acrópolis, más templos, el ágora, viviendas, la vía central....
En suma, una más que interesante visita. Como le digo a Julia, sólo sabiendo de dónde venimos podremos saber a dónde vamos...o a dónde no queremos ir....
Besos, abrazos, amor.
Fotos: Hannah y Julia, a la sombra; vista desde el barco en Marinella, vista de Marinella al crepúsculo (2); puerto de Marinella; Julia con Mononoke (se hicieron muy amigas visitando Selinunte; templo E (el más grande , denominado así porque se desconoce a qué divinidad estaba dedicado), en extramuros Selinunte; vista desde la Acropolis de Selinunte.