Cefalú es un precioso pueblo, antiguo enclave griego. Muchas de sus casas aestan “colgadas sobre el mar”. Sus calles, estrechas y muy animadas. Dimos un largo paseo, hasta la catedral , de estilo normando (románico siciliano según algunos); en cualquier caso, nos gustó mucho. Cenamos en una terraza encima del mar, particularmente yo probé el mejor risotto de mi vida!
A las 4 del sábado 1 de agosto, levantamos fondeo y nos dirigimos a las Islas Eólicas.
La primera que visitamos es Filicudi, fondeando en unos islotes al NW de la misma, en el Scoglio de Montenassari, una espectacular “aguja”de más de 50 metros de altura, que se levanta en medio de un mar de aguas cálidas y transparentes. Llama la atención en toda esta zona la existencia de “bolsas” de agua muy caliente bajo el mar, suponemos que es consecuencia de lo volcánico de la zona. Donde el agua está más fría te encuentras con cardúmenes de peces por entre los cuales puedes bucear, una gozada!
Cenamos en el Sonora Dos para celebrar otro cumpleaños, esta vez el de Manuel.
La mañana siguiente visitamos una gruta enorme, que termina en una considerable playa de canto rodado. Es tan grande que sin linternas la visita se hace imposible, pues no llega la luz del sol.
A mediodía nos desplazamos a la siguiente isla, Salina, fondeando al NW.
Aquí probamos la tabla Delfinia, una minitabla para bucear a remolque del dinghi, puedes sumergirte, subir, hacer tirabuzones bajo el agua....La verdad que merece la pena, se ve el fondo fenomenal y, al no tener que aletear, se aguanta mucho más bajo el mar.
La siguiente isla es Lipari, buen fondeo frente a unas canteras abandonadas, aguas cristalinas pero también muchos barcos. Hasta ahora, en Sicilia, nos hemos encontrado con pocos barcos, pero las Eólicas son otro cantar. Para cenar nos desplazamos a la “capital”, un precioso pueblo con mucho encanto, con un promontorio donde se encuentra la iglesia, así como el restaurante Filippino donde cenamos, un lugar con mas de cien años de antigüedad. Buena comida y buen servicio en una decoración de principios del siglo pasado.
El martes 4 tocó visitar Vulcano, donde observamos fumarolas que salen del volcán, expulsando humo continuamente. Por la tarde visita obligada a los famosos baños. Lo cierto es que son aguas pestilentes (digamos que las de Mondariz o Ourense son agua de azahar al lado de éstas...). Además, salen gases del fondo y te quemas los pies. Y no es que lo tengan muy limpio, que digamos. No voy a entrar en detalles...Después, en la playa contigua , donde eliminas el lodo seco, hay piedras en el fondo que te queman. Como podréis intuir, una experiencia, cuando menos , poco agradable.
Panarea es la siguiente visita, la más glamurosa de todas las islas, también la más cara con diferencia pero, no pagando puertos ni fondeos , es asumible. El pueblo carece de encanto, mas allá de las típicas casas blancas y de piedra volcánica, de reciente factura, pareciéndose más a un Walt Disney-réplicadepueblohippie-paragentericarica. Lo cierto es que ni en Ibiza, Mallorca, Cannes o sitios similares vi más gente guapa por metro cuadrado. Todos los “cachorros” de la nobleza europea pasan allí unos días. Vimos los flamantes barcos de Steven Spielberg, Bernard Arnault, y dormimos fondeados al lado del Mónaco, con su escudo de la familia real monegasca, los Grimaldi, que también andaban por el pueblo. Cosas veredes, Mio Cid....
Pasamos el día lejos del mundanal-nada-mundano ruido, entre unos islotes que están a dos millas. Buceando observamos que fluyen del fondo enormes burbujas de gas. Julia se divirtió mucho rompiendo las burbujas. Otra muestra de curiosidad volcánica, y es que Stromboli, el high light de las Eólicas, está ya muy cerca.
El viernes 7 tocó despedida del Sonora Dos, ha sido un mes maravilloso navegando juntos. Esperamos que vengan a visitarnos a Croacia o a Grecia. Siempre sereis bienvenidos, queridos amigos,éste es vuestro barco también!
Nosotros continuamos hacia Stromboli, la joya de la corona, con su volcán activo. Muchos barcos en el fondeo “oficial”, así que nos fuimos a una playa , prácticamente solos. Fondeamos a 12 metros de profundidad a escasos metros de la misma. Julia encontró “piedras mágicas que flotan”, y se divirtió mucho con ellas. Piedra pómez. Fenómeno curioso, curioso.
Estamos gratísimamente sorprendidos con Julia, cómo bucea, baja sin problema cinco metros a coger conchas o piedras, pasa por debajo del barco...y solo llevamos un mes y medio! Le está sentado fenomenal el viaje, estar al aire libre, ejercicio a diario y, sobre todo, el privilegio para nosotros de compartir con ella esta experiencia y de poder pasar tanto tiempo juntos, en esta etapa de su infancia. Un regalo para todos, sin duda. Las etapas de la vida se van para no volver, así que exprimidlas a tope!
Por la tarde ya nos fuimos al fondeadero, cenamos, y, despues, nos dirigimos a ver las explosiones del volcán, escupe lava aproximadamente cada quince minutos. No es que fueran demasiado grandes, pero sí lo suficiente como para verlas con claridad y exclamar ¡Oooooh!varias veces. Volvimos al fondeadero para dormir y levantamos ancla a las 6 de la mañana, para pasar el estrecho de Mesina en condiciones favorables. Y de ahí, al Adriático. Hemos decidio cambiar el plan de viaje, finalmente no visitaremos Turquia dadas las circunstancias actuales. Así que iremos a Croacia, Montenegro y después Grecia. O lo que dé tiempo, que el mundo es grande y la vida corta.
Besos, abrazos, amor.
A las 4 del sábado 1 de agosto, levantamos fondeo y nos dirigimos a las Islas Eólicas.
La primera que visitamos es Filicudi, fondeando en unos islotes al NW de la misma, en el Scoglio de Montenassari, una espectacular “aguja”de más de 50 metros de altura, que se levanta en medio de un mar de aguas cálidas y transparentes. Llama la atención en toda esta zona la existencia de “bolsas” de agua muy caliente bajo el mar, suponemos que es consecuencia de lo volcánico de la zona. Donde el agua está más fría te encuentras con cardúmenes de peces por entre los cuales puedes bucear, una gozada!
Cenamos en el Sonora Dos para celebrar otro cumpleaños, esta vez el de Manuel.
La mañana siguiente visitamos una gruta enorme, que termina en una considerable playa de canto rodado. Es tan grande que sin linternas la visita se hace imposible, pues no llega la luz del sol.
A mediodía nos desplazamos a la siguiente isla, Salina, fondeando al NW.
Aquí probamos la tabla Delfinia, una minitabla para bucear a remolque del dinghi, puedes sumergirte, subir, hacer tirabuzones bajo el agua....La verdad que merece la pena, se ve el fondo fenomenal y, al no tener que aletear, se aguanta mucho más bajo el mar.
La siguiente isla es Lipari, buen fondeo frente a unas canteras abandonadas, aguas cristalinas pero también muchos barcos. Hasta ahora, en Sicilia, nos hemos encontrado con pocos barcos, pero las Eólicas son otro cantar. Para cenar nos desplazamos a la “capital”, un precioso pueblo con mucho encanto, con un promontorio donde se encuentra la iglesia, así como el restaurante Filippino donde cenamos, un lugar con mas de cien años de antigüedad. Buena comida y buen servicio en una decoración de principios del siglo pasado.
El martes 4 tocó visitar Vulcano, donde observamos fumarolas que salen del volcán, expulsando humo continuamente. Por la tarde visita obligada a los famosos baños. Lo cierto es que son aguas pestilentes (digamos que las de Mondariz o Ourense son agua de azahar al lado de éstas...). Además, salen gases del fondo y te quemas los pies. Y no es que lo tengan muy limpio, que digamos. No voy a entrar en detalles...Después, en la playa contigua , donde eliminas el lodo seco, hay piedras en el fondo que te queman. Como podréis intuir, una experiencia, cuando menos , poco agradable.
Panarea es la siguiente visita, la más glamurosa de todas las islas, también la más cara con diferencia pero, no pagando puertos ni fondeos , es asumible. El pueblo carece de encanto, mas allá de las típicas casas blancas y de piedra volcánica, de reciente factura, pareciéndose más a un Walt Disney-réplicadepueblohippie-paragentericarica. Lo cierto es que ni en Ibiza, Mallorca, Cannes o sitios similares vi más gente guapa por metro cuadrado. Todos los “cachorros” de la nobleza europea pasan allí unos días. Vimos los flamantes barcos de Steven Spielberg, Bernard Arnault, y dormimos fondeados al lado del Mónaco, con su escudo de la familia real monegasca, los Grimaldi, que también andaban por el pueblo. Cosas veredes, Mio Cid....
Pasamos el día lejos del mundanal-nada-mundano ruido, entre unos islotes que están a dos millas. Buceando observamos que fluyen del fondo enormes burbujas de gas. Julia se divirtió mucho rompiendo las burbujas. Otra muestra de curiosidad volcánica, y es que Stromboli, el high light de las Eólicas, está ya muy cerca.
El viernes 7 tocó despedida del Sonora Dos, ha sido un mes maravilloso navegando juntos. Esperamos que vengan a visitarnos a Croacia o a Grecia. Siempre sereis bienvenidos, queridos amigos,éste es vuestro barco también!
Nosotros continuamos hacia Stromboli, la joya de la corona, con su volcán activo. Muchos barcos en el fondeo “oficial”, así que nos fuimos a una playa , prácticamente solos. Fondeamos a 12 metros de profundidad a escasos metros de la misma. Julia encontró “piedras mágicas que flotan”, y se divirtió mucho con ellas. Piedra pómez. Fenómeno curioso, curioso.
Estamos gratísimamente sorprendidos con Julia, cómo bucea, baja sin problema cinco metros a coger conchas o piedras, pasa por debajo del barco...y solo llevamos un mes y medio! Le está sentado fenomenal el viaje, estar al aire libre, ejercicio a diario y, sobre todo, el privilegio para nosotros de compartir con ella esta experiencia y de poder pasar tanto tiempo juntos, en esta etapa de su infancia. Un regalo para todos, sin duda. Las etapas de la vida se van para no volver, así que exprimidlas a tope!
Por la tarde ya nos fuimos al fondeadero, cenamos, y, despues, nos dirigimos a ver las explosiones del volcán, escupe lava aproximadamente cada quince minutos. No es que fueran demasiado grandes, pero sí lo suficiente como para verlas con claridad y exclamar ¡Oooooh!varias veces. Volvimos al fondeadero para dormir y levantamos ancla a las 6 de la mañana, para pasar el estrecho de Mesina en condiciones favorables. Y de ahí, al Adriático. Hemos decidio cambiar el plan de viaje, finalmente no visitaremos Turquia dadas las circunstancias actuales. Así que iremos a Croacia, Montenegro y después Grecia. O lo que dé tiempo, que el mundo es grande y la vida corta.
Besos, abrazos, amor.